dimecres, 16 d’abril del 2008

HABLEMOS DE DESLEALTADES Y DE DESVERGÜENZAS

El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, amenaza con demandar al Gobierno de España para exigir por la vía judicial una transferencia de agua del Ebro a Castellón, y tilda la solución a la falta de agua en el área de Barcelona de "deslealtad y desvergüenza".
Al mismo tiempo que se producen esas declaraciones, conocemos de la Confederación Hidrográfica del Júcar que los embalses de Castellón están al máximo y que el agua acumulada permitiría el abastecimiento para consumo humano y para riego no sólo para este año, sino también para 2009. El mayor embalse de Castellón, el de Arenós, dispone ahora de 70 hectómetros cúbicos, el volumen máximo que se ha alcanzado gracias a las obras de emergencia ejecutadas en 2005 y que el PP nunca ejecutó a pesar de tenerlo en previsión durante los ocho años que gobernó en España. Lo mismo ocurre con el resto de embalses. El de Sitjar está también al máximo de su capacidad, 44 hectómetros cúbicos. El conjunto del sistema del Millars tiene embalsados 181 hectómetros cúbicos, cuando la media en estas fechas era de 81. El embalse del Regajo, en el río Palancia, está también al máximo de su capacidad, al igual que el de Ulldecona, técnicamente lleno, cuando su volumen medio en los últimos años era del 60%.
A pesar de esta situación, el Ministerio de Medio Ambiente trabaja en la construcción de dos desaladoras en Moncofa y Oropesa que estarán en funcionameinto a principios de 2010.
¿Entonces, de qué estamos hablando? ¿De qué está hablando Carlos Fabra? De todo menos de lo que no le interesa. Lanza la noticia de las acciones legales contra el Gobierno por la cuestión del agua probablemnte para dejar de hablar sobre la rectificación de su postura sobre a quién va a apoyar en el próximo congreso nacional de su partido, o para eludir las preguntas sobre el relevo que le prepara Camps con Víctor Campos de sustituto, para echar tierra sobre el estado de la investigación judicial a la que está sometido él y su familia, o para difuminar su malestar con el Consell porque no se materializa ningua de las grandes inversiones que le prometieron.
Desde luego, que el aviso para navegantes, por no llamarlo amenaza, que lanzó Francisco Camps anteayer a los eventuales críticos con Rajoy, ha surtido efecto, al menos con Fabra, que se ha puesto a disposición del presidente del PP, para lo que haga falta, y también en Alicia de Miguel, que la semana pasada tuvo que matizar rauda y veloz en prensa unas exclamaciones que le cogieron al vuelo en la cafetería de las Cortes a favor de Esperanza Aguirre.
¿De qué está hablando entonces Fabra? ¿De espectáculo mediático? ¿De enfrentar territorios de forma artificial como estrategia política? Si Castellón tiene más agua que nunca, ¿a qué vienen esas arrancadas? Y si Castellón tiene más agua que nunca, no es gracias a los gobiernos de Aznar, que se limitaron a poner una primera piedra del trasvase al final de su última legislatura. Es gracias al Gobierno de Zapatero, que en la pasada legislatura invirtió doscientos millones de euros sólo en la provincia de Castellón para garantizar por siempre jamás el suministro de agua mediante obras de modernización de regadíos, pozos, consolidación de embalses, colocación de compuertas que Aznar se dejó sin colocar, aprovechamientos invernales como el del Belcaire, y desaladoras. Unas desaladoras, por cierto, bien recibidas por los alcaldes de su propio partido.
¿A qué jugamos, entonces?