Los números dos y tres del PP valenciano, Ricardo Costa y David Serra, respectivamente, han anunciado en una reciente visita a Castellón la configuración de una especie de comisión dedicada a alimentar la maquinaria victimista y demagógica desde el ámbito provincial, una especie de órgano interno del PP que se dedicará a buscar pretextos para seguir aliñando el discurso de que Zapatero discrimina a Castellón. Y esa especie de comisión de agravios se constituirá también en Alicante y Valencia.
En Castellón David Serra y Juan Costa anunciaron el invento acompañados de la secretaria provincial, Marisol Linares, que ya ha inciado en la comarca de l’Alcalatén su periplo para confeccionar el listado de agravios con los que tocar el bombo y platillo en adelante.
David Serra, ese del que aún no hemos sabido si el yernísimo Agag se llevó o no comisiones por convencer al magnate Eccleston de que Valencia podía emular a Mónaco en la celebración de un gran premio de Fórmula 1 por circuito urbano, parece el responsable directo en el PP valenciano de la fábrica de victimismo que ha anunciado Ricardo Costa por triplicado, con estructura provincial.
Pero en Castellón ya pueden correr, porque el anuncio de la estrategia victimista provincializada coincide con la desestimación del último recurso que podía plantear el presidente provincial del PP, Carlos Fabra, contra la decisión de la Fiscalía Anticorrupción de investigar las cuentas de su familia (biológica). Y además el anuncio coincide que el enfado puesto de manifiesto por el hermano mayor de Costa por haber quedado descolgado de todos los puestos a los que aspiraba. Rajoy ha ido colocando a todo el que tenía que colocar en el Congreso y en el Senado sin que el nombre de Juan Costa haya aparecido para nada. Y eso ocurre después de que, como han reconocido en el PP, Juan Costa se tomara como una afrenta el hecho de que Rajoy no le guardara un puesto de salida en la candidatura al Congreso por Madrid. Más le valdrá a Rajoy que en el congreso nacional del PP que se va a celebrar en Valencia Juan Costa salga con un cargo bajo el brazo, no sea que Aguirre le quite el puesto con la ayuda de Juan Costa, o que el primogénico de los Costa & Costa de Castellón decida volver a la empresa privada.
Pero es que además, la artimaña victimista con estructura provincial que promueve el PP coincide con las peores cifras inversoras de la Generalitat en Castellón desde la reinstauración de la democracia, y no lo denuncio yo, lo ha denunciado el propio Carlos Fabra. Así pues, no estaría de más que Marisol Linares completara el listado de reivindicaciones al Gobierno de España, con una súplica a Camps para que hiciera algo de lo que viene prometiendo desde hace años y no ha hecho, dígase Ciudad de la Música, dígase Ciudad de las Lenguas, Mundo Ilusión, Parc Castellón, el centro de convenciones de Calatrava, los balnearios, las instalaciones de golf, o el Museo de Dinosaurios. Por no hablar del ritmo de obras del trolebús, que aún no ha entrado en servicio ni en el medio kilómetro que separa la Universitat de El Corte Inglés, cuando según el flamante vicealcalde de Castellón, ese tramo debió entrar en servicio primero en julio del año pasado, después en noviembre, y ahora no se sabe cuándo.
Linares podría incluir en su listado de reivindicaciones la finalización de autovías cuyos plazos de ejecución sonrojan, como por ejemplo la ronda de Castellón, la autovía Nules-Benicàssim, la autovía Burriana-Vila-real, la carretera Cabanes-Oropesa, la carretera Peñíscola-Benicarló, el puente de Ribesalbes, o la prolongación de la A-7 hasta Vilanova d’Alcolea, el municipio ese en el que Fabra lleva doce años intentando poner en servicio un aeropuerto.
En Castellón no les va a funcionar la Oficina Victimista, entre otras cosas porque el encargado parace que va a ser el diputado en el Congreso Miguel Barrachina, especializado en meter la pata en sus interrogatorios al Gobierno. ¿Cuántos delitos bla, bla, bla? Y resulta que en la respuesta el mayor cúmulo de delitos correspondía a un año en el que el presidente del Gobierno era Aznar, el ministro del Interior Rajoy, y el delegado del Gobierno Camps. Toma del frasco.
Barrachina pasa por ser uno de los parlamentarios más activos en el Congreso, con una acumulación de 2.138 preguntas escritas a lo largo de la pasada legislatura. Pero es que esa cifra de preguntas obedece en gran parte a la formulación repetida de la misma pregunta por cada uno de los municipios de la provincia. ¿Cuántos delitos ha habido en Atzeneta, cuántos en Aín, Albocàsser, Alcalà de Xivert, Alcora...? Y así, en orden alfabético, hasta 135. Con lo que si dividimos las 2.138 preguntas escritas que ha formulado Barrachina en el Congreso por el número de municipios de Castellón, nos encontramos con que Barrachina ha hecho poco más de una docena de preguntas. Colosal tarea.
En Castellón David Serra y Juan Costa anunciaron el invento acompañados de la secretaria provincial, Marisol Linares, que ya ha inciado en la comarca de l’Alcalatén su periplo para confeccionar el listado de agravios con los que tocar el bombo y platillo en adelante.
David Serra, ese del que aún no hemos sabido si el yernísimo Agag se llevó o no comisiones por convencer al magnate Eccleston de que Valencia podía emular a Mónaco en la celebración de un gran premio de Fórmula 1 por circuito urbano, parece el responsable directo en el PP valenciano de la fábrica de victimismo que ha anunciado Ricardo Costa por triplicado, con estructura provincial.
Pero en Castellón ya pueden correr, porque el anuncio de la estrategia victimista provincializada coincide con la desestimación del último recurso que podía plantear el presidente provincial del PP, Carlos Fabra, contra la decisión de la Fiscalía Anticorrupción de investigar las cuentas de su familia (biológica). Y además el anuncio coincide que el enfado puesto de manifiesto por el hermano mayor de Costa por haber quedado descolgado de todos los puestos a los que aspiraba. Rajoy ha ido colocando a todo el que tenía que colocar en el Congreso y en el Senado sin que el nombre de Juan Costa haya aparecido para nada. Y eso ocurre después de que, como han reconocido en el PP, Juan Costa se tomara como una afrenta el hecho de que Rajoy no le guardara un puesto de salida en la candidatura al Congreso por Madrid. Más le valdrá a Rajoy que en el congreso nacional del PP que se va a celebrar en Valencia Juan Costa salga con un cargo bajo el brazo, no sea que Aguirre le quite el puesto con la ayuda de Juan Costa, o que el primogénico de los Costa & Costa de Castellón decida volver a la empresa privada.
Pero es que además, la artimaña victimista con estructura provincial que promueve el PP coincide con las peores cifras inversoras de la Generalitat en Castellón desde la reinstauración de la democracia, y no lo denuncio yo, lo ha denunciado el propio Carlos Fabra. Así pues, no estaría de más que Marisol Linares completara el listado de reivindicaciones al Gobierno de España, con una súplica a Camps para que hiciera algo de lo que viene prometiendo desde hace años y no ha hecho, dígase Ciudad de la Música, dígase Ciudad de las Lenguas, Mundo Ilusión, Parc Castellón, el centro de convenciones de Calatrava, los balnearios, las instalaciones de golf, o el Museo de Dinosaurios. Por no hablar del ritmo de obras del trolebús, que aún no ha entrado en servicio ni en el medio kilómetro que separa la Universitat de El Corte Inglés, cuando según el flamante vicealcalde de Castellón, ese tramo debió entrar en servicio primero en julio del año pasado, después en noviembre, y ahora no se sabe cuándo.
Linares podría incluir en su listado de reivindicaciones la finalización de autovías cuyos plazos de ejecución sonrojan, como por ejemplo la ronda de Castellón, la autovía Nules-Benicàssim, la autovía Burriana-Vila-real, la carretera Cabanes-Oropesa, la carretera Peñíscola-Benicarló, el puente de Ribesalbes, o la prolongación de la A-7 hasta Vilanova d’Alcolea, el municipio ese en el que Fabra lleva doce años intentando poner en servicio un aeropuerto.
En Castellón no les va a funcionar la Oficina Victimista, entre otras cosas porque el encargado parace que va a ser el diputado en el Congreso Miguel Barrachina, especializado en meter la pata en sus interrogatorios al Gobierno. ¿Cuántos delitos bla, bla, bla? Y resulta que en la respuesta el mayor cúmulo de delitos correspondía a un año en el que el presidente del Gobierno era Aznar, el ministro del Interior Rajoy, y el delegado del Gobierno Camps. Toma del frasco.
Barrachina pasa por ser uno de los parlamentarios más activos en el Congreso, con una acumulación de 2.138 preguntas escritas a lo largo de la pasada legislatura. Pero es que esa cifra de preguntas obedece en gran parte a la formulación repetida de la misma pregunta por cada uno de los municipios de la provincia. ¿Cuántos delitos ha habido en Atzeneta, cuántos en Aín, Albocàsser, Alcalà de Xivert, Alcora...? Y así, en orden alfabético, hasta 135. Con lo que si dividimos las 2.138 preguntas escritas que ha formulado Barrachina en el Congreso por el número de municipios de Castellón, nos encontramos con que Barrachina ha hecho poco más de una docena de preguntas. Colosal tarea.
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