Dice el secretario general del PP en un artículo publicado en estas mismas páginas que ZP tiene por amnésicos a los ciudadanos. Califica de espectáculo mediático y de electoralistas todas leyes sociales del Gobierno, y denuncia agravios e incumplimientos.
Antes de conocer los Presupuestos Generales, Ricardo Costa tacha de cicatero al Gobierno, y una vez conocidas las inversiones asignadas para la Comunitat Valenciana, un 25% superiores a las del ejercicio anterior –el mayor incremento en el conjunto de las comunidades autónomas-, afirma que no se fía de Zapatero. Es evidente, pues, que las cuentas del Estado para 2008 no responden a los intereses del PP en esta Comunitat. ¿Porqué? Porque no le permiten insistir en su estrategia de la manipulación, el victimismo, el engaño masivo y la demagogia.
Resulta como mínimo paradójico que el PP valenciano, maestro de la retórica hueca, del control de medios públicos de comunicación, de los alardes, de las promesas incumplidas y de las puestas en escena avasalladoras, acuse al Gobierno de Zapatero de electoralista y mediático. ¿Qué hay de aquellos chequeos médicos para mayores de 40 años, de la hipoteca joven, del AVE que tenía que llegar en 2007, de la Ciudad de la Música de Benicàssim, del salario joven, del parque de ocio Mundo Ilusión, del plan para reducir listas de espera en la sanidad, qué hay de aquello de que la Comunitat Valenciana sería la primera en desarrollar la Ley de Dependencia, de las viviendas protegidas, de las ayudas para alquileres, etc?
Y estábamos en esas cuando viene la asociación española de contratistas con la Administración y nos informa de que el Gobierno ha invertido en la Comunitat Valenciana en lo que ha transcurrido de esta legislatura casi el doble de lo que invirtió el Ejecutivo de Aznar en la totalidad de su último mandato, 4.824 millones de euros frente a 2.661. Y por si fuera poco, las inversiones del Gobierno superan a las del Consell ¿Son esos los agravios a los que se refiere el menor de la saga castellonense de los Costa? ¿Va a rebatir Costa el informe de los contratistas de la Administración? ¿Proporcionará Ricardo estos datos a su hermano Juan para incluirlos en el programa electoral de Mariano Rajoy?
La estrategia se les ha agotado. Se les desmorona pieza a pieza. Las mentiras empiezan a aflorar. Todo aquello que tanto rédito les ha dado en la reciente confrontación electoral, el agua, la seguridad ciudadana y las infraestructuras, se les desvanece. Ahora llega la hora de justificar todos aquellos vaticinios catastrofistas, y ahí es donde el PP-CV va a quedar aturdido y descolocado.
Los ciudadanos querrán saber ahora porqué dijeron que el Gobierno de Zapatero no iba a traer una gota de agua, porqué engañaron sobre el ritmo de ejecución del AVE, porqué ocultaron la progresiva mejoría en las estadísticas policiales, porqué se han boicoteado inversiones estatales en agua, dependencia e infraestructuras, y porqué alientan el enfrentamiento con el Gobierno cuando resulta que la inversión se ha duplicado.
Las maniobras de la confusión han quedado al descubierto, y Ricardo Costa debe pedir disculpas a la opinión pública como principal brazo ejecutor de los mensajes apocalíticos preparados en la cocina de la derecha valenciana, y servidos fríos con profusión a través de medios públicos o desde el pedestal de las instituciones de todos los valencianos.
Los ciudadanos condenarán las actitudes de esta especie de gobierno populista instalado en la arrogancia, la manipulación y la demagogia, y sostenido sobre el victimismo, la confrontación, el clientelismo, el enemigo externo, y la utilización partidista de instituciones y medios públicos de comunicación.
Actitudes propias del mago Cipolla las de unos dirigentes conservadores que no dudan en fomentar los desencuentros políticos y sociales con tal de retroalimentarse, aunque para ello tengan que cuestionar grandes consensos en políticas tan sensibles como las de seguridad ciudadana, infraestructuras, educación, dependencia, vivienda o recursos hídricos.
Los valencianos no merecemos unos dirigentes políticos que aislan al Consell y lo enfrentan a Andalucía, Castilla-la Mancha, Cataluña, Aragón, Cantabria y al Gobierno de España por cuestiones de puro rédito demoscópico। Estoy convencida, y así lo deseo, de que el agotamiento de la estrategia de la manipulación, el victimismo y el enfrentamiento pasará factura al PP en las inminentes elecciones generales.
Antes de conocer los Presupuestos Generales, Ricardo Costa tacha de cicatero al Gobierno, y una vez conocidas las inversiones asignadas para la Comunitat Valenciana, un 25% superiores a las del ejercicio anterior –el mayor incremento en el conjunto de las comunidades autónomas-, afirma que no se fía de Zapatero. Es evidente, pues, que las cuentas del Estado para 2008 no responden a los intereses del PP en esta Comunitat. ¿Porqué? Porque no le permiten insistir en su estrategia de la manipulación, el victimismo, el engaño masivo y la demagogia.
Resulta como mínimo paradójico que el PP valenciano, maestro de la retórica hueca, del control de medios públicos de comunicación, de los alardes, de las promesas incumplidas y de las puestas en escena avasalladoras, acuse al Gobierno de Zapatero de electoralista y mediático. ¿Qué hay de aquellos chequeos médicos para mayores de 40 años, de la hipoteca joven, del AVE que tenía que llegar en 2007, de la Ciudad de la Música de Benicàssim, del salario joven, del parque de ocio Mundo Ilusión, del plan para reducir listas de espera en la sanidad, qué hay de aquello de que la Comunitat Valenciana sería la primera en desarrollar la Ley de Dependencia, de las viviendas protegidas, de las ayudas para alquileres, etc?
Y estábamos en esas cuando viene la asociación española de contratistas con la Administración y nos informa de que el Gobierno ha invertido en la Comunitat Valenciana en lo que ha transcurrido de esta legislatura casi el doble de lo que invirtió el Ejecutivo de Aznar en la totalidad de su último mandato, 4.824 millones de euros frente a 2.661. Y por si fuera poco, las inversiones del Gobierno superan a las del Consell ¿Son esos los agravios a los que se refiere el menor de la saga castellonense de los Costa? ¿Va a rebatir Costa el informe de los contratistas de la Administración? ¿Proporcionará Ricardo estos datos a su hermano Juan para incluirlos en el programa electoral de Mariano Rajoy?
La estrategia se les ha agotado. Se les desmorona pieza a pieza. Las mentiras empiezan a aflorar. Todo aquello que tanto rédito les ha dado en la reciente confrontación electoral, el agua, la seguridad ciudadana y las infraestructuras, se les desvanece. Ahora llega la hora de justificar todos aquellos vaticinios catastrofistas, y ahí es donde el PP-CV va a quedar aturdido y descolocado.
Los ciudadanos querrán saber ahora porqué dijeron que el Gobierno de Zapatero no iba a traer una gota de agua, porqué engañaron sobre el ritmo de ejecución del AVE, porqué ocultaron la progresiva mejoría en las estadísticas policiales, porqué se han boicoteado inversiones estatales en agua, dependencia e infraestructuras, y porqué alientan el enfrentamiento con el Gobierno cuando resulta que la inversión se ha duplicado.
Las maniobras de la confusión han quedado al descubierto, y Ricardo Costa debe pedir disculpas a la opinión pública como principal brazo ejecutor de los mensajes apocalíticos preparados en la cocina de la derecha valenciana, y servidos fríos con profusión a través de medios públicos o desde el pedestal de las instituciones de todos los valencianos.
Los ciudadanos condenarán las actitudes de esta especie de gobierno populista instalado en la arrogancia, la manipulación y la demagogia, y sostenido sobre el victimismo, la confrontación, el clientelismo, el enemigo externo, y la utilización partidista de instituciones y medios públicos de comunicación.
Actitudes propias del mago Cipolla las de unos dirigentes conservadores que no dudan en fomentar los desencuentros políticos y sociales con tal de retroalimentarse, aunque para ello tengan que cuestionar grandes consensos en políticas tan sensibles como las de seguridad ciudadana, infraestructuras, educación, dependencia, vivienda o recursos hídricos.
Los valencianos no merecemos unos dirigentes políticos que aislan al Consell y lo enfrentan a Andalucía, Castilla-la Mancha, Cataluña, Aragón, Cantabria y al Gobierno de España por cuestiones de puro rédito demoscópico। Estoy convencida, y así lo deseo, de que el agotamiento de la estrategia de la manipulación, el victimismo y el enfrentamiento pasará factura al PP en las inminentes elecciones generales.
Artículo publicado en Levante-EMV el 30-9-07
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