No he podido resistir la tentación de comentar la noticia que hoy ha proporcionado el presidente provincial del PP de Castellón, presidente de la Diputación, y empleado de la Cámara de Comercio en excedencia, Carlos Fabra. El líder de los populares de Castellón anuncia que la Audiencia Nacional tramita el recurso promovido por él desde la Diputación para restituir el trasvase del Ebro, y por tanto contra la ejecución del programa AGUA.
Digo que no he podido resistir comentar la noticia porque el anuncio de la batalla legal que plantea Fabra coincide con el momento en el que el embalse de Arenós, una de las principales actuaciones del programa AGUA en Castellón, almacena la mayor cantidad de agua de su historia.
Para quien no llegue a desentrañar el intríngulis, hay que explicar que el embalse de Arenós carecía de capacidad de almacenamiento a causa del riesgo de deslizamiento de sus laderas. Y así permaneció, sin poder almacenar agua, durante los ocho años en que el PP gobernó España. El proyecto multimillonario de consolidación del embalse dormitó años y años en algún cajón durante los gobiernos de Aznar. Tras la victoria del PSOE en 2004, uno de los primeros proyectos que adjudicó el Ministerio de Medio Ambiente fue, en el marco del programa AGUA, la consolidación del embalse de Arenós, ya ejecutada. Ahora el embalse está prácticamente a pleno rendimiento a falta de una segunda fase del proyecto, y tras las últimas lluvias, la presa retiene la mayor cantidad de agua de su historia.
Y con el embalse a rebosar, sale Fabra e informa de su recurso contra el programa AGUA porque "Zapatero no ha traído una gota de agua a Castellón". Vivir para ver.
Pero la irresponsabilidad del PP no se limita a su pasividad en el embalse de Arenós. Más inaudito resulta que mantuviera inoperativo durante años el embalse del Algar porque carecía de compuertas. Narbona tardó semanas en adjudicar la colocación de las compuertas.
Con estas obras, junto con la modernización de regadíos financiada por el Ministerio de Agricultura en Vila-real, Onda y Nules-Mascarell, los pozos abiertos en Els Ports y El Maestrat, las obras en marcha del proyecto de aprovechamiento de excedentes invernales del río Belcaire, y las desaladoras adjudicadas en Oropesa-Benicàssim y Moncofa, la provincia de Castellón tendrá más que resueltas sus necesidades hídricas presentes y futuras. Pero a Fabra le da lo mismo.
Digo que no he podido resistir comentar la noticia porque el anuncio de la batalla legal que plantea Fabra coincide con el momento en el que el embalse de Arenós, una de las principales actuaciones del programa AGUA en Castellón, almacena la mayor cantidad de agua de su historia.
Para quien no llegue a desentrañar el intríngulis, hay que explicar que el embalse de Arenós carecía de capacidad de almacenamiento a causa del riesgo de deslizamiento de sus laderas. Y así permaneció, sin poder almacenar agua, durante los ocho años en que el PP gobernó España. El proyecto multimillonario de consolidación del embalse dormitó años y años en algún cajón durante los gobiernos de Aznar. Tras la victoria del PSOE en 2004, uno de los primeros proyectos que adjudicó el Ministerio de Medio Ambiente fue, en el marco del programa AGUA, la consolidación del embalse de Arenós, ya ejecutada. Ahora el embalse está prácticamente a pleno rendimiento a falta de una segunda fase del proyecto, y tras las últimas lluvias, la presa retiene la mayor cantidad de agua de su historia.
Y con el embalse a rebosar, sale Fabra e informa de su recurso contra el programa AGUA porque "Zapatero no ha traído una gota de agua a Castellón". Vivir para ver.
Pero la irresponsabilidad del PP no se limita a su pasividad en el embalse de Arenós. Más inaudito resulta que mantuviera inoperativo durante años el embalse del Algar porque carecía de compuertas. Narbona tardó semanas en adjudicar la colocación de las compuertas.
Con estas obras, junto con la modernización de regadíos financiada por el Ministerio de Agricultura en Vila-real, Onda y Nules-Mascarell, los pozos abiertos en Els Ports y El Maestrat, las obras en marcha del proyecto de aprovechamiento de excedentes invernales del río Belcaire, y las desaladoras adjudicadas en Oropesa-Benicàssim y Moncofa, la provincia de Castellón tendrá más que resueltas sus necesidades hídricas presentes y futuras. Pero a Fabra le da lo mismo.
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