El sillón del alcalde de Castellón, Alberto Fabra, ha sido el único que ha quedado vacío hoy en la bancada del Grupo Popular del Parlamento valenciano en el primer debate de este nuevo curso político en el que comparecía el presidente del Consell para avanzar sus líneas de gobierno y someterse a control.
Su homólogo de Alicante, Luis Díaz Alperi, sí se ha molestado en recorrer los casi doscientos kilómetros que separan su ciudad de Valencia para asistir al pleno, y también la alcaldesa de Valencia se ha tomado la molestia de cruzar el centro de la ciudad para estar presente en el primer debate en el que iba a comparecer el presidente.
Alberto Fabra justificó su presencia en la candidatura autonómica del PP en la necesidad de hacer llegar al Parlamento valenciano las reivindicaciones de Castellón, y en la conveniencia de mantener contacto con los legisladores y con el Consell para acelerar todas las inversiones pendientes en la capital de la Plana.
El PSPV ya advirtió en su momento que las obligaciones del cargo de alcalde de una ciudad como Castellón difícilmente iban a poder compatibilizarse con la actividad parlamentaria, y denunció que la inclusión por primera vez de un candidato a la alcaldía de Castellón en un puesto de salida de la candidatura autonómica, en concreto el noveno puesto, parecía más un blindaje ante la posibilidad de perder la alcaldía, que un interés real en trasladar al Parlamento las necesidades de la ciudad de Castellón.
En todo caso, lo que sí ha conseguido Fabra con su acta de diputado es multiplicar sus emolumentos, puesto que no ha renunciado a ninguna de las percepciones, pero en cambio, eso no ha sido óbice para hacer novillos a la primera de cambio, en el primer pleno en el que ha intervenido el presidente del Consell.
El vacío del sillón de Fabra ha resaltado hoy en un hemiciclo en el que no ha faltado ningún otro diputado del PP. Fabra ocupa el escaño número 51, flanqueado por Luis Díaz Alperi y el ex conseller zaplanista Miguel Peralta.
Su homólogo de Alicante, Luis Díaz Alperi, sí se ha molestado en recorrer los casi doscientos kilómetros que separan su ciudad de Valencia para asistir al pleno, y también la alcaldesa de Valencia se ha tomado la molestia de cruzar el centro de la ciudad para estar presente en el primer debate en el que iba a comparecer el presidente.
Alberto Fabra justificó su presencia en la candidatura autonómica del PP en la necesidad de hacer llegar al Parlamento valenciano las reivindicaciones de Castellón, y en la conveniencia de mantener contacto con los legisladores y con el Consell para acelerar todas las inversiones pendientes en la capital de la Plana.
El PSPV ya advirtió en su momento que las obligaciones del cargo de alcalde de una ciudad como Castellón difícilmente iban a poder compatibilizarse con la actividad parlamentaria, y denunció que la inclusión por primera vez de un candidato a la alcaldía de Castellón en un puesto de salida de la candidatura autonómica, en concreto el noveno puesto, parecía más un blindaje ante la posibilidad de perder la alcaldía, que un interés real en trasladar al Parlamento las necesidades de la ciudad de Castellón.
En todo caso, lo que sí ha conseguido Fabra con su acta de diputado es multiplicar sus emolumentos, puesto que no ha renunciado a ninguna de las percepciones, pero en cambio, eso no ha sido óbice para hacer novillos a la primera de cambio, en el primer pleno en el que ha intervenido el presidente del Consell.
El vacío del sillón de Fabra ha resaltado hoy en un hemiciclo en el que no ha faltado ningún otro diputado del PP. Fabra ocupa el escaño número 51, flanqueado por Luis Díaz Alperi y el ex conseller zaplanista Miguel Peralta.
1 comentari:
En la derecha, ya se sabe que sólo hay intereses.
Entonces de que se extrañan.
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